En la Universidad de Murcia estudié Pedagogía y es donde descubro mi pasión por la Educación. Me doy cuenta de la importancia de educar o, como suelo decir, ponerte delante de las personas y que pasen cosas. Que alguien mejore su vida gracias a que tu estuviste ahí me parece pura magia. A este primer amor le surge otra pasión: el teatro. Comienzo a estudiar en la Escuela de Arte Dramático de Murcia.

Ambas profesiones, Formador y Actor, se retroalimentan y me llevan a tomar una decisión basada en tres valores fundamentales en mi vida: la pasión, el talento y el legado. Inicio mi primer proyecto de emprendimiento para ayudar a las personas a través del teatro de improvisación. Un tipo de teatro donde aprendemos a improvisar historias únicas e irrepetibles con la ayuda del público. Gracias a la pedagogía de improvisación ayudo a las personas a que se adapten mejor a los cambios, a ganar seguridad y confianza en sí mismas, y a que sean más espontáneas, más atrevidas y creativas. En un mundo tan rápido y donde la innovación y
los cambios son un reto constante, improvisar es una competencia clave.